jueves, 8 de octubre de 2009

Triquilímenos

Trabajo y más trabajo. La gente ya no anda por las calles con cara de ociosidad sino que mantienen un rictus proporcional a sus mundanas preocupaciones. Yo los observo desde mi sillón, desde aquí arriba, en una colina dónde ellos no me pueden ver.
Los Tiempos llevan tiempo conspirando contra mí para que les ceda los poderes de las Musas, mis más fieles sirvientas, sin embargo, yo no puedo ceder a sus deseos; si lo hiciera, mi divino ingenio llegaría a su fin ya que mi hermano Destino trazaría una ruta de la que mis pensamientos no podrían salir. Al igual que hacen mis bonitas mascotas, pondría en mi boca el nombre del pobre dios al que elevan sus plegarias pero lo considero innecesario. Miento, lo considero aburrido, demasiado monótono.
En unos minutos tengo que acompañar a ciertos duendecillos a recoger pequeños trozos de manzanas que tira el amigo Titán mientras mastica de una forma muy desagradable; le tengo dicho que no se puede comer así, que hay que ser más educado. sin embargo, él no me hace puñetero caso, incluso se ríe de mí. ¡Si al final voy ser el más payaso de este circo! Hace años no me tratarían de esta manera; antes era respetable, nadie se atrevía a estornudar en mi presencia sin mi debido permiso.
En fin, no me puede quejar tampoco, aún tengo el privilegio de pasarme el día sentado viendo como esos hombrecillos de allí abajo se pelean por sinsentidos más grandes que los enormes montes que rodean mi preciosita colina. Yo creo que disfrutan inventando problemas. No me gusta decir esto, pero a veces, me dan una gran envidia. Son tan inferiores que los grandes dilemas no pueden anidar en sus diminutas cabezas.
Espera, ¿quién es ése que se ríe detrás de aquél árbol? ¡Mierda, un sátiro! Lo voy a destrozar, estoy harto de sus chistes e ironías sobre mi cara.
Aunque parezca otra cosa, la vida aquí no es tan buena como se puede pensar; ¡siempre hay algún graciosillo! No obstante, el humor siempre es necesario; para mundo serio, el de abajo.

Five ways to the white dead

- Se supone que aquí fue donde corrió el último, ¿no?
El sol despuntaba en el horizonte mientras los dos caminantes dialogaban. La ruta de cada uno, en principio totalmente opuesta, se había cruzado casi cuando ambos habían alcanzado su destino.
- Así es, la última carrera, el esprint final, fue realizado justo aquí, sobre el suelo que ahora pisamos.
Cuatro caminos de entrada a la encrucijada, sólo uno de salida: la Alfombra Roja. El sendero se llamaba así pero en él no se vislumbraba ni un sólo misero trozo de tejido, el nombre tenía otro sentido.
- En la salida creí oír que nuestro viaje sería solitario hasta la meta, nunca pensé que te encontraría aquí.
- Todo se ha malversado, lo que giraba en un sentido ha cambiado hacia el otro.
Cuatro caminos que desaparecen, uno que se ilumina; dos seres engañados, un titiritero caprichoso. En el centro del cruce de senderos se decide el todo y la nada.
- ¿No sientes la punta de la espada que nos pincha? Yo incluso la veo claramente; hasta mi olfacto capta su olor ferroso.
- Si, entiendo sus palabras, dice que estamos condenados.
- No, estamos atados por una cuerda muy resistente.
Una cuerda demasiado fuerte pero con un nudo. Deshacerlo es una opción, ignorarlo la otra, pero si se deshace, la alfombra perderá su color, el camino su sentido y los caminantes su rumbo. Elegir los colores del cuadro sin pintar no puede ser fácil. La dificultad es el lienzo; que las palabras sean los colores.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Le dieu que j´envie

¿Qué orden sigue la rutina del salto infinito a las estrellas?
¿Dónde se encuentra la llave del nudo de una muerte temprana?
¿Cuándo se produjo la sonrisa de un niño triste?
¿Cómo puedes decirme que el cielo que contemplo no es azul?
¿Por qué tu mirada rodea con cuerdas mi áspera cintura de paja?

El día de navidad había pasado a ser demasiado oscuro después de la enorme nevarada.
Un camión cargado de ilusiones cumplidas cae por un barranco de piedras verdes.
El alma inexistente tiene como base el vacío post-existencial de la verdad absoluta.
Un perro ladra sobre mis pies de helado derretido.
Cruzando la calle acecha el duende de alas ligeras.
Trabado en un laberinto sin salida aparente que se confunde con el claro contorno.
Alza la mano hacia el cielo y clama venganza contra un himno marino profundo.
Poseyendo a una voluptuosa dama que se descompone en flores aladas.
Grito en medio de una pintura de colores confusos.
Una letra da lugar a una palabra; después surge un sentimiento.
Tremenda falta de osígeno es la causa de la asfixia de un pobre existencialista que agoniza.
Situate encima de una piedra rectangular para ser capaz de ver el círculo.
Animado por el reflejo en el agua de un pequeño ser de grandes orejas que miente.
Átalo a la tierra para que se de cuenta de cual es la masa real de la Luna.
Tenemos que desafiarnos antes de poder comprender una mota de polvo.

¿Existe algún pecado sinónimo de incoherencia?