viernes, 10 de julio de 2009

Fantasia en forma de caballo

Mira esa piedra que hay en el camino, un animal la ha dejado ahí para que tropecemos. Pero esa piedra no tiene un color definido, la forma se confunde con el contorno, con el contorno superior y ni yo, que tanto conozco, soy capaz de distinguirla de la propia calzada. Veo asi mismo las ganas que posee de golpearnos con rabia, observo que la furia de toda una humanidad se refleja en su dura piel. Aun despues de esto, me doy cuenta de que la contemplacion de una piedra resulta amena; el propio todo se puede a reducir a una piedra, a la unidad y mi cara evoca la cara de otros, otros incontables que captaron la esencia de tan normal cosa. Sigo el camino y empiezo a ver las demas cosas; veo otra gente que anda sin rumbo marcado -como yo mismo- y me alegro. Sonrio, aun queda esperanza de observar un rayo de sombra en este pais de poco duraderas luces. Una familia ampara el andar de mis piernas y me aproximo a un cruce, el cruce que marca la continuacion de un final que, aunque yo crea lo contrario, no es tal. Levanto la cabeza -pues la tierra ya me aburre- y miro el cielo, la infinita extension de deseos que me cubre como una manta protegiendome de las pesadillas. Azul de dia; claridad. Negro de noche; libertad. Lo admiro un rato y me encaro con el ser que habita en cierta parte muy marcada de mi cuerpo. Su silueta confunde mis pensamientos, pero mis ojos no le permiten escapar; esta fijo y come lo que encuentra, es decir, todo. Salto sobre su vientro y lo rasgo con un cuchillo de frio hierro; de el salen estrellas diminutas que me ciegan y a la vez me hacen abrir los ojos para ver que mi enemigo ha desaparecido. Solo era un amante que acariciaba lo masculino y lo femenino en partes iguales, un ser que se prostituia a cambio de ilusiones retando mi alma a extenderse hacia lo finito promoviendo un cambio que nunca llegaria. Olvido su cara y vuelvo a lo real. La ruta que seguian mis pies ya no esta, fue substituida por el cosmos y en el llueve a cantaros; gotas gordas empiezan a empaparme pero mi gesto es indiferente, camino desnudo. Los brazos cuelgan como ramas rotas por el viento y cortan los astros que me rodean, sin embargo, no son capaces de perforar los corazones colgados como cuadros en ciertos lugares de la pared que tengo delante. Por mas que empleo mis fuerzas en empujar, el muro no cede, se mantiene en el mismo lugar. Revolverme seria la opcion mas adecuada, pero yo decido excavar lo inmaterial y sumergirme en el subsuelo de un firmamente que antes sentia lejano, mientras, por mi cabeza pasa la imagen de un pajaro carpintero rompiendo a picotazos la dura costra de mi espalda. En el lugar en donde deberia haber una columna que sostuviera la parte fisica de mi ser. el ave encuentra restos de una hoguera; los viajeros habian abandonado el lugar dias antes y emprendido la busqueda del tesoro de sus vidas, su ilusion se habia traspasado a mis musculos y, de ellos, a mi conciencia, dejando un aroma exotico de fantasias inmemoriables que serian evocadas por mi ser en un punto de no retorno, ante un nuevo muro de dimensiones demasiado inmensas para ser ni siquiera contemplado. Vuelvo sonreir, el final se acerca. Apenandome no conseguiria nada, unicamente me convertiria en una selva de espesa vegetacion que atraparia todo lo que se acercara a ella; prefiero comportarme como una montaña solitaria que observa sus alrededores desde una perspectiva de superioridad y comprension que yo, un simple aullador, nunca sere capaz de entender. Veo un tunel de palabras que encierran una verdad con la que quizas me conforme, una vision fugaz de una dama de piernas doradas que me dice que no avance; le hago caso y me paro ha deshilar la maraña de caracteres que mis ojos alcanzan a ver, un trabajo demasiado largo para que que mis manos no se despedacen en el intento. El asiento resulta frio y me obliga a levantarme, la dama que tanto anhelaba habia desaparecido, en su lugar estaba un camino de tierra. Una piedra me contemplaba e intente recordar donde habia sufrido tan acusadora mirada. Me habia olvidado.

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