miércoles, 22 de julio de 2009

Amanecer llamado Jaime

La historia que mi padre me conto es mi legado, una herencia que desde generaciones, mis antepasados han ido transmitiendo a sus descendientes. Todo empieza y acaba en el mar, en una playa; el ultimo bastión según ellos del hombre frente a la naturaleza indomita de un sentimiento.
La madre cargaba al hijo sobre sus espaldas dobladas, el padre sonreia y el agua se burlaba de todos ellos. No pretendian salir airosos de una batalla ya perdida, solo seguian viviendo ante un unico ser que los vigilaba. El viaje que los esperaba era demasiado largo para hacerlo a pie; un caballo los iba llevar hasta su destino, innominable. La union se llevaba a cabo frente al hombre y se ocultaba a los dioses, celosos de una libertad verdadera que ellos nunca serian capaces de saborear con sus lengua carmesies, manchadas de suave icor perfumado que, en definitiva, no era mas que jugo divino. Despues de la celebracion, el mar hacia el resto, un gato se ahogaba en sus aguas mientras todos miraban al fondo; nadie giraba la cabeza por miedo a una imaginaria furia y, sin embargo, contemplaban la sagrada ceremonia ansiosos, esperando que llegara el momento en que el abismo ya no fuera abismo, la tierra fuera cielo y el hombre mujer. Sus mentes no eran capaces de comprender la profundidad del rito; estaban limitados gracias a una madre que los habia concebido sin piernas con las que moverse, manos con las que agarrar y ojos con los que ver. Vein ciegos solamente porque querian ver lo que se les enseñaba. Surge un solista y entona las primeras notas de una cancion, estridente, desafia el orden y mata una flor. Surge un lienzo, un salvaje se levanta del suelo y empieza a pintar con la poca sangre que aun conservaba en la boca; aparece la cara de la belleza. Surge una madre que amamanta a un hijo demasiado grande para no ser un padre; la piel de sus pechos cae a jirones y ella sonrie. Tres seres comienzan a formar diversas caras de uno solo; se oyen gritos de placer entonando canticos de alabanza ante la Indomita. Todos olvidan lo que habian visto, todos se olvidan y caen en un hoyo. Redondo y con una unica escalera solo puede provocar conflicto, pero se sientan alrededor de una fogata y empiezan a surgir las historias. Pasado, presente y futuro se unen con la curva y la recta dando lugar a un animal de innumerables apendices que les arranca una oreja a cada uno y se las cuelga en cada uno de los cuernos que adorna su cabeza. Mutilados siguen sonriendo, una mueca marcada al rojo vivo en su cara, engañados por un poder superior que parece divertirse con las desgracias terrenales. Desaparece la boca del pozo y en su lugar aparece el cielo; siempre habian creido en el cielo, lleno de cuerdas que unian los cuatro puntos cardinales que les habian guiado en las travesias por los lugares mas inhospitos. Confiaban en el cielo, porque así debía ser, porque así queria ser. Pero no comprendian la ilusion, pero no comprendes la ilusion, pero no comprendo la ilusion.
Canto, pinto y doy a luz ante unos ojos profundos como el mar, el cielo y el mas profundo de los pozos juntos. Siempre surge la pregunta de porque aparecen estas palabras, el error; el porque es la repuesta a una inexistente pregunta. Detras de unas letras hay un sentido, idea y sentimiento. Una cuerda es mas fuerte que el mas resistente de los metales porque una cuerda une algo mas que dos realidades, une dos almas atadas a un arbol que crece en plena naturaleza salvaje y les da aire. Une dos interiores y dos exteriores de cera que derriten el mundo con su aliento e insuflan esperanza. Y todo se reduce al mar.


Al principio del dia

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